Esta fiesta no constaría si no existiese el toro bravo. El origen de esta raza de toros la encontramos en el primitivo urus o bos que no habitó exclusivamente en España, pero sí es en este país donde encontró su preferido asentamiento; conservándose hasta nuestros días.
Se considera al toro como símbolo de fortaleza, fiereza y acometividad.
Sin embargo la España medieval mantiene el espectáculo, si bien de otro modo, como un deporte de la nobleza.
Estos consideran la corrida como un bello espectáculo, un Arte y una manifestación de cultura ancestral que ha sobrevivido hasta este siglo, al igual que el toro bravo.
Y muy al contrario de lo que muchos piensan, no encuentran el placer en la tortura o en la pura muerte del toro, sino que lo que realmente aprecian es el valor y destreza del torero.
Las Asociaciones protectoras de Animales se unen a esta reprochable muerte sin sentido de los toros, plasmando en afiches el valor importante de estos animales, para lograr una reflexión.
“AMOR O DOLOR” es la frase que acompaña a la imagen dándole un sentido diverso, el cual ya queda a criterio de cada uno.
Prefieres verlos morir o darles el amor necesario que todo ser vivo dentro de la sociedad. Protegerlos de todo atentado y no disfrutarlo como un arte o deporte.